sábado, 11 de septiembre de 2010

"Azucar para la Suerte"

Tomá. Este sobrecito de azúcar es para la suerte. No, no lo uses, no lo eches en el té, guardalo. Ponelo en un bolsillo de tu cartera o en un cajón de la cómoda, entre pañuelitos bordados que tanto te cuesta estrenar.
¿Vos no creés en estas cosas? Sí, seguro creés. Todos creen, aunque digan que no.
Todos hicimos alguna vez un pilato, cruzamos los dedos mientras jurábamos mintiendo, hicimos un rodeo para no pasar debajo de una escalera...
Pero fundamentalmente vos estás segura de que yo te comprendo, de que yo te quiero, de que somos amigas, por más que me conozcas por fotos y yo no pueda dibujar tu rostro exactamente en mi memoria, así, con esa mirada y esa sonrisa y ese color de piel.
En realidad lo que conozco bien es tu manera de sentir: los motivos de tu insomnio, de tus lágrimas, de tus alegrías. Me parece que podría dibujar, eso sí, exactamente, tus sueños.
Y este sobrecito de azúcar que tocás aquí, en el renglón número "tanto" de esta página (cuidado, que no se rompa, va a ser como un panadero soplado en la siesta de verano, puro copito de algodón desparramado el azúcar si se cae) lo robé de la mesa de un bar para dártelo a vos.
A vos, que sos de Sagitario, como yo, o de Acuario como mi hija, o de Géminis como Olga, o de Cáncer como Nidia, o de Piscis como Elsa, o de Leo como Alberto, o...¿de que signo sos?
Este sobrecito de azúcar hará que todos los planetas estén bien aspectados para vos.
Que tengas tantas ganas de vivir, que nada te las pueda anestesiar.
Hará que entiendas que la libertad no es algo que nos llega de afuera, una imposición, una dádiva, un regalo, una gracia, sino que es algo que tenemos adentro, que nos pone alas en la mente y en el corazón, para que nuestras ideas y nuestros sentimientos puedan volar aunque nos tengan encadenadas a una silla, amordazadas, quitas, entre rejas, amenazadas.
Lo que sale a volar es el alma...la que viaja es el alma: por trebolares húmedos, lluvias que enhebran las cuentas del arco iris de siete...siete mil colores.
Y esa alma no la hieren las mentiras, porque no le llegan. Y no la perturban las sombras, porque ella es como una invencible mariposa de luz.
Cada granito de azúcar de este sobre es una armadura para que te defienda.
Cada granito de azúcar es una hora de un recuerdo que no querés que se pierda.
(Poldy Bird, Mariposas encerradas en Mí)

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