(Cuando no hay imaginacion y no hay inspiracion, no me queda mas que poner hermosos textos C:)
Era el silencio y era la oscuridad. Y el miedo.
Era pasarme los días encerrada en casa con el mismo camisón y el pelo revuelto. Dar vuelta por los cuartos y fumar un cigarrillo encendido con la colilla del anterior.
Y echarme, cada tanto, sobre la cama, mirando el techo blanco los flashes borrosos de mis pensamientos: recuerdos dolorosos mezclados con algunos bellos, y un nudo aquí, en el estómago, un nudo tembloroso subiendo hasta el pecho y ahogándome.
Y no querer ver a nadie.
Ni hablar con nadie.
Dejar sonar el timbre y el teléfono, sin atender.
Y salir a la calle un mediodía, sintiéndome una extraña entre los vivos, una pasajera fugaz, con el sol lastimándose los ojos y los ruidos crispándome.
Volver apurada al silencio, a la quietud de la casa, al camisón, a los recuerdos, al desvivir.
¿Dónde mis alas, dónde?
¿Y mi ángel de la guarda, aquel que alimentaba con violetas todos los inviernos y bebía con los gorriones en los transparentes surtidores de las plazas?
¿Y por qué no germinaron las semillas de fe y de alegría que alguna vez sembré en mi ser, para casos como éstos?
¿Y dónde yo, la yo de antes, la que a pesar de todo renacía después de cada terremoto despiadado?
Lloré abrazada a los espejos, para que la otra imagen me acompañara también con su llanto.
Y no grité, porque para gritar hay que tener las ganas, y a mí no me salía la voz de la garganta.
(Poldy Bird~♥)
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