jueves, 10 de junio de 2010
Pesadillas
Se removía de un lado a otro, quejándose suavemente, leves murmullos llenando la habitación, una suplica inentendible, que apenas se dejaba oír.
"No"
Sus mejillas se tiñeron de un suave carmín, mientras seguía debatiéndose entre las sábanas en una lucha contra lo inexistente.
"No…"
Su voz se quebró esta vez, mientras suaves lagrimas resbalaban lentamente por sus
mejillas.
"No me dejes…"
Pronuncio, subiendo un poco el volumen de su voz, y aun así no dejaba de parecer una penosa suplica.
"No me dejes…"
El dolor hermosamente retratado en ese rostro que en el día resplandecía tanto que se asemejaba al sol de verano: fresco, natural, cálido.
"Tú no…"
La suave suplica de alguien que ya sabe lo que es perder a una persona a quien se ha amado.
Abrió los ojos, sentándose en la cama, mirando entre las penumbras de su cuarto, que iluminado por la luz de la luna, parecía dibujar rostros, figuras tenebrosas que bien podrían haber sido sacadas de una película de terror. Pero el chico no se enteraba, normalmente hubiera salido huyendo de ese lugar, rogando por otro cuerpo cálido, por un abrazo que lo pudiera reconfortar, pero no se movió, se mantuvo allí, quieto, perdido en su propio sueño recién vivido. No se molesto en limpiar sus mejillas, ésas por las que aun caían lágrimas. ¿Acaso no tenían un final?
Miro hacia la ventana, saliendo un poco de su ensoñamiento. Su corazón dolía, mientras volvían a repetirse por su cabeza, las imágenes de su sueño, y las imágenes del pasado.
Cerro los ojos con pesadez, abrazándose a si mismo con fuerza, sintiendo más miedo que nunca en toda su vida.
Lamentaba que su hermano no estuviera en casa, aunque éste seguro le hubiera dicho que era un fastidio, hubiera terminando accediendo a dormir con él después de todo, y el miedo se podría ir un poco, ¿verdad?
Trato de buscar consuelo por si mismo, recordando que las pesadillas eran solo eso, pesadillas. Podía tener una con un T-Rex y velocirraptors persiguiéndolo –sintió un escalofrío al imaginarlo- pero ese dinosaurio ya estaba extinto, no existía, no era real.
Se sintió un poco más tranquilo al pensar en ello, pero le duro poco. El no había soñado con una de esas cosas, él había soñado con él...
-Él es fuerte
Se recordó, sonriendo un poco al recordarlo, claro que su sonrisa se fue borrando un poco al recordar los duros momentos que ha pasado, volviendo a ser su típica sonrisa bobalicona cuando recordó sus buenos recuerdos con él, como cuando comían, o cuando accedía a jugar fútbol juntos, o cuando dormía sintiendo firmemente los brazos de él, y el calor desprendiéndose de su piel. Agito un poco la cabeza, en un torpe intento por bajar el calor que se le había subido a la cabeza. Pero si, él era fuerte, y eso había sido solo una pesadilla.
Se acurruco en su suave cama, abrazándose firmemente a una almohada, cuando un oscuro pensamiento retorno a su cabeza:
Las pesadillas no eran de verdad, pero podrían serlo.
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