Los días estaban perfectos, el viento de septiembre soplaba como nunca y en cada esquina un pequeño emprendedor que solo aparece en ciertas oportunidades, sentado vendiendo cometas y volantines.
Cientos de niños en todas partes, plazas, canchas, sitios vacíos, playas o en medio de un pasaje con sus moneditas iban a comprar un volantin.
Cientos de niños en todas partes, plazas, canchas, sitios vacíos, playas o en medio de un pasaje con sus moneditas iban a comprar un volantin.
Entonces recuerdo que dijiste que estabas elevando un volantin cuando llegue hasta tu mente, que te lo quedaste mirando pensando que estaría haciendo y que luego te diste cuenta de un raro movimiento, El volantin se había cortado.
Yo por molestar te dije que podría ser una señal, que ese -quizás- insignificante volantin te estaba tratando de decir algo, tú solo reíste y contestaste "puede ser".
Y ahora lo sigo pensando...
Crees tener algo que esta bajo tu total control, que lo tienes siempre a la vista, que está ahí para ti. Pero no te das cuenta que de a poco se va alejando y que frente a cualquier descuido o a una decisión que quizás pensaste demasiado, aquel hilo que te daba el control se corta y el volantin se aleja de a poco y lo peor es que frente tus ojos.
Crees tener algo que esta bajo tu total control, que lo tienes siempre a la vista, que está ahí para ti. Pero no te das cuenta que de a poco se va alejando y que frente a cualquier descuido o a una decisión que quizás pensaste demasiado, aquel hilo que te daba el control se corta y el volantin se aleja de a poco y lo peor es que frente tus ojos.
Con las personas pasa lo mismo, crees que tienes una especie de control sobre ellas, pero llega el momento que esa persona se aburre o se da cuenta y corta el hilo para alejarse frente a tus ojos sin que no tengas nada que puedas hacer.
Es, lo que yo creo, la filosofía de un volantin.
Es, lo que yo creo, la filosofía de un volantin.
No te darás cuenta cuando corte el hilo y esté tan lejos que ya no habrá nada que hacer.